La palabra flogger proviene de “flog”, abreviación de fotolog. Esta moda surgió en Argentina y está estrechamente relacionada con el fotolog.com, un sitio web donde se suben fotos y los usuarios escriben sus comentarios.
Gisela Bianchi tiene 16 años y desde los 12 integra la tribu flogger. “Simplemente fui a la peatonal Sarmiento y vi a muchos jóvenes vestidos iguales. Todos tenían fotolog y me uní fácilmente porque son muy sociables”, recuerda Gisela. Aclara que sin fotolog no se es flogger como tampoco sin música electrónica.
Esta tribu está integrada por chicos de entre 12 y 17 años. Si bien no tienen líderes visibles, Gisela explicó que algunos jóvenes son más importantes en el grupo por la cantidad de años que llevan.
Un flogger se viste con pantalones chupines bien ajustados, remeras escote en V de colores, faldas de tiro alto y zapatillas llamativas, preferentemente de las marcas Pony, Nike o Converse.
Un detalle no menor es el peinado: los hombres usan el pelo largo y un jopo al costado, y las mujeres lo llevan largo y cortito atrás, o con el peinadito para arriba con la bananita. Les lleva bastante tiempo el ponerse a tono.
Gisela contó que en su curso del instituto San Miguel hay otros cinco floggers además de ella y que si bien no usa esa vestimenta típica para ir a la escuela, a los pantalones del uniforme los ajustó un poco más para no perder su “esencia”. Admite que no va pintada al colegio, como sí lo hace cuando se junta con sus amigos en la Peatonal todos los viernes desde las 18.30.
Los floggers no se hacen planteos ideológicos o políticos, sólo se juntan a intercambiar fotolog y a ver lo que escriben o a sacarse fotos. “Nos hacemos más amigos, escuchamos música y bailamos”, detalló Gisela.